4 cosas que probablemente no sabías sobre el espacio
Ya sea en nuestro próximo quintal o a miles de años de distancia, el universo puede ser muy extraño.
¿EL ESPACIO TIENE QUESO?
El espacio tiene un olor que, de acuerdo con el ex-astronauta Chris Hadfield, recuerda al enxofre. Se refiere a que el vacío del espacio puede hacer que las sustancias químicas se liberen de las paredes de una nave espacial creando esa percepción de olor, aunque el espacio en sí no tenga un olor definido. Además, se ha observado que la poeira da Lua tiene un aroma distintivo que se asemeja más a la pólvora que a algo extravagante, según relatan los astronautas que la experimentaron al volver de sus expediciones.
Además, recientemente se ha lanzado una nueva fragancia llamada Eau de Space, que lleva a la Tierra el espíritu del espacio. La fragancia ha sido desarrollada por Steve Pearce, de acuerdo con Matt Richmond, director de productos de Eau de Space. Pearce fue contratado originalmente por la NASA en 2008 para crear la fragancia y tardó unos cuatro años en desarrollarla. El perfume se creó para ayudar a los astronautas a acostumbrarse a las sensaciones del espacio antes de ser lanzados en órbita y forma parte del objetivo de la NASA de eliminar posibles sorpresas que los astronautas pudieran encontrar en el espacio. "Es como el chorro de un arma que se dispara", ha dicho Peggy Whitson, astronauta y ex-moderadora de la Estación Espacial Internacional sobre el chorro del espacio. "Acho que tem um cheiro quase amargo, além de esfumaçado e queimado".
LOS ÁRVORES SUPERAN A LAS ESTRELLAS
La imagen tradicional de la Tierra vista desde el espacio es un ponto azul pálido. Sin embargo, al considerar que hay más árvores en nuestro planeta que estrellas en la Vía Láctea, deberíamos llegar a vernos como un claro punto azul esverdecido. Esta perspectiva resalta la abundancia y vitalidad de la vida en nuestro planeta.
Los árboles de la Tierra superan en número a las estrellas de la Vía Láctea. Aunque nuestro planeta es más conocido por su abundancia de agua, existen aproximadamente 3 billones de áridos en la Tierra. Esto es significativamente mayor que el número de estrellas estimado en nuestra galaxia, que varía de 100 a 400 billones. Por tanto, podemos considerar la Tierra como un planeta exuberantemente verde, donde los áridos prosperan en mayor cantidad que las estrellas que iluminan el cielo de la Vía Láctea.
SILENCIO ASFIXIANTE
El sol, en esencia, es la vibración del ar, algo que falta en el vacío del cosmos. Incluso los acontecimientos más extremos del universo, como las colisiones de planetas y las supernovas, ocurren en completo silencio para un observador.
Sin embargo, agencias espaciales como la NASA lo encuentran en algunas regiones del espacio. En lugar de apontar un micrófono para el cosmos, los científicos utilizan una técnica llamada sonificación de datos. Esta técnica transforma ondas de radio, ondas de plasma y campos magnéticos en pistas de audio para que podamos "oir" el espacio.
¿POR QUÉ EL ESPACIO SE ESCUCHA SI EL SOL ILUMINA TODO EL SISTEMA SOLAR?
Cuando vemos fotos y vídeos de la superficie de la Luna, parece que nuestro satélite natural está envuelto en una noche perpétua. Incluso cuando el Sol ilumina la región donde se posan las naves Apollo, no vemos un cielo límpido, como el de la Tierra durante el día. Parece que los rayos solares no son suficientes para crear una tarde ensolarada como la nuestra. Pero, ¿por qué parece que el espacio siempre resuena, si el Sol siempre está brillando?
Siguiendo otras misiones espaciales, podemos ver que este fenómeno no se limita a la Luna. Cuando los astronautas de la Estación Espacial Internacional realizan una caminata espacial, por ejemplo, se encuentran siempre con un "céu" escuro, parecido a la noche en la Tierra. En realidad, todo el universo es escuro, a excepción de situaciones particulares, como el céu de nuestro planeta o de mundos como Marte.
Si piensas que la respuesta es evidente, te informamos de que esta cuestión es compleja hasta para los científicos. Por supuesto, existe un detalle muy importante en nuestro planeta que nos permite disfrutar de un conocimiento claro: la atmósfera. Gracias a ella, la luz solar entra en contacto con partículas y acaba dispersándose, dando lugar a núcleos. El resultado no es exactamente un cielo blanco, sino azul durante todo el día.
Módulo lunar del Apollo 15 y el rover de exploración. El cielo en Lua siempre es negro, no importa si es "día" o no.
Nuestra atmósfera hace cosas impresionantes, como absorber ciertas partes de la luz solar, como las ondas ultravioletas. Además, refleja ondas de radio de hasta 30 MHz. Por último, la capa de luz solar azul tiene un componente de onda exatada para dispersarse en todas las direcciones por las moléculas de la atmósfera, dándonos el color azul que conocemos. En Marte, por otra parte, el cielo durante el día presenta una tonalidad amarillenta acastanhada, con el azul apenas visible al polo-do-Sol, el oposto do que ocorre na Terra, onde o cielo é azul durante o dia e antes do anoitecer tende a ter tons alaranjados.
Por tanto, parece lógico concluir que Lua, por ejemplo, no posee un céu claro debido a la ausencia de una atmósfera. Esta afirmación es correcta, pero no es la historia completa. En astrofísica, este enigma se conoce como el "Paradoja de Olbers", y muchos científicos y astrónomos ilustres, como Johannes Kepler y Edmond Halley, intentaron resolverlo. Para comprender la dimensión de este problema, es necesario considerar el contexto de la época en que se planteó - estamos en 1826 y los científicos aún defienden la idea de un universo eterno.
Cuando se habla de un universo eterno, se hace referencia a la idea de que no existe un Big Bang, sino más bien un espacio y un tiempo infinitos, sin comienzo ni fin. En otras palabras, el universo siempre ha existido y siempre existirá. Por tanto, si el universo es infinito y está lleno de estrellas, ¿por qué aún vemos espacios escasos entre ellas? La noche debería estar tan iluminada por estrellas que el cielo tuviera una distribución uniforme de la luz, pero eso no es lo que observamos.
Avanzaron diversas explicaciones para resolver esta paradoja. En 1901, el físico Lord Kelvin sugirió que la vida útil de las estrellas es demasiado corta para que el cerebro parezca tan brillante. Esta es una afirmación verdadera, pero no resuelve completamente el problema. La solución más acertada actualmente es que el universo no existe desde siempre, sino que tiene cerca de 13.800 millones de años.
Nuestra atmósfera hace cosas impresionantes, como absorber ciertas partes de la luz solar, como las ondas ultravioletas. Además, refleja ondas de radio de hasta 30 MHz. Por último, la capa de luz solar azul tiene un componente de onda exatada para dispersarse en todas las direcciones por las moléculas de la atmósfera, dándonos el color azul que conocemos. En Marte, por otra parte, el cielo durante el día presenta una tonalidad amarillenta acastanhada, con el azul apenas visible al polo-do-Sol, el oposto do que ocorre na Terra, onde o cielo é azul durante o dia e antes do anoitecer tende a ter tons alaranjados.
Por tanto, parece lógico concluir que Lua, por ejemplo, no posee un céu claro debido a la ausencia de una atmósfera. Esta afirmación es correcta, pero no es la historia completa. En astrofísica, este enigma se conoce como el "Paradoja de Olbers", y muchos científicos y astrónomos ilustres, como Johannes Kepler y Edmond Halley, intentaron resolverlo. Para comprender la dimensión de este problema, es necesario considerar el contexto de la época en que se planteó - estamos en 1826 y los científicos aún defienden la idea de un universo eterno.
Cuando se habla de un universo eterno, se hace referencia a la idea de que no hubo un Big Bang, sino más bien un espacio y un tiempo infinitos, sin comienzo ni fin. En otras palabras, el universo siempre ha existido y siempre existirá. Por tanto, si el universo es infinito y está lleno de estrellas, ¿por qué vemos todavía espacios escasos entre ellas? La noche debería estar tan iluminada por estrellas que el cielo tuviera una distribución uniforme de la luz, pero eso no es lo que observamos.
Avanzaron varias explicaciones para resolver esta paradoja. En 1901, el físico Lord Kelvin sugirió que la vida útil de las estrellas es demasiado corta para que el cerebro parezca tan brillante. Esta es una afirmación verdadera, pero no resuelve completamente el problema. La solución más acertada actualmente es que el universo no existe desde siempre, sino que tiene cerca de 13.800 millones de años.
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