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As Luas de Júpiter

por Vadim Semjonov 13 Jan 2024 0 Comentarios

Este planeta gaseoso tiene 79 luas, pero los científicos están especialmente interesados en los satélites llamados galileus. Hasta ahora, sólo 53 han recibido nombres, mientras que los restantes aguardan una designación oficial.

Aunque todas las luas de Júpiter despiertan interés, cuatro de ellas destacan: Io, Europa, Ganimedes y Calisto por ser las mayores luces de Júpiter avistadas por primera vez por el astrónomo Galileo Galilei en 1610. Pero, ¿qué hacen estas cuatro estrellas tan especiales?

Ganimedes

Ganimedes es la mayor luna de Júpiter y la mayor de nuestro sistema solar, con un diámetro de 5.262 km. Si Ganimedes orbita el Sol en lugar de Júpiter, podría ser clasificado como un planeta. Al igual que Calisto, Ganímedes está compuesto por un núcleo rocoso con un manto de agua y/o gel, y una crosta de roca y gel. 

Ganimedes no posee atmósfera, pero recientemente el Telescópio Espacial Hubble detectó ozono en su superficie. Esta lua tem tido uma história geológica muito complexa. Tiene montañas, valles, cráteres y flujos de lava. Está manchada tanto por regiones escuras como por regiones claras. Está repleto de cráteres, especialmente en las zonas escarpadas, lo que implica un origen antiguo. Las regiones brillantes muestran un tipo diferente de terreno.

Calisto

Aunque no es la luma más grande de Júpiter, es la segunda más grande del sistema solar. Calisto es un verdadero campeón en cantidad de cráteres. Debido a su aspereza, los científicos apelaron a ella de "patinho feio", pero esta historia puede estar a punto de cambiar. Dados da sonda Galileu sugerem que sob a sua superfície, Calisto pode guardar um segredo intrigante: um oceano salgado.

 

Io

Chamada de Io (pronúnciese 'OJO oh'), esta lua é um verdadeiro espetáculo vulcânico, sendo o mundo mais ativo no sistema solar. Repleta de volcanes, algunos proyectan fuentes de lava a decenas de kilómetros de altura. La atividade vulcânica intensa de Io é o resultado da combinação de Júpiter, Europa e Ganimedes, numa espécie de "jogo gravitacional".

Además de ser ligeramente mayor que la Lua, Io es la tercera lua más grande de Júpiter. Fica "travada" numa órbita de maré com Júpiter, o que significa que apenas um lado da lua está sempre voltado para o planeta. Por lo tanto, a diferencia de la Tierra, que tiene una órbita predominantemente circular, la órbita de Io es elíptica. Esto se traduce en tremendas formas de mármol. Su superficie es empinada y pujante, con una fluctuación de hasta 100 metros.

Por otro lado, esta lua también causa impacto en Júpiter. Mientras recorre su órbita, Io atraviesa el campo magnético de Júpiter, convirtiéndose en un gigantesco gerador eléctrico. La corriente resultante se dirige hacia Júpiter, produciendo relámpagos en la atmósfera del planeta. Es improbable que Io abrigue la vida, teniendo en cuenta sus condiciones caóticas y extremas.

Europa

En 1979, las sondas Voyager pasaron por Europa, ofreciendo a los científicos las primeras pistas sobre la posible existencia de un océano de agua líquida sobre su superficie helada. Desde entonces, la imaginación de la humanidad se vio cautivada por la posibilidad de una vida alienígena en ese océano.

Sin embargo, los científicos no son los únicos fascinados por la vida en la costa europea. A casca da lua tem uma espessura de aproximadamente 15 a 25 quilómetros, e debaixo de ela, pode existir um oceano com profundidades entre 60 e 150 quilómetros. Se isso for verdade, Europa possuiria o dobro da água de todos os oceanos da Terra juntos, embora seja apenas um quarto do tamanho do nosso planeta.

Recientemente, el Telescópio Espacial Hubble identificó indicios de que parte de esa agua podría estar escapando hacia el espacio, lo que haría posible recoger amostras del océano de Europa sin necesidad de pousar.

A pesar de ello, para sustentar su vida, Europa apenas cuenta con una fuente de energía. Estando a cerca de 5,2 unidades astronómicas del Sol, la luz solar que incide sobre Europa es cerca de 25 veces más frágil que en la Tierra. Sin embargo, la sonda Galileo de la NASA ha observado indicios de actividad geológica, sugiriendo que el calentamiento a baja temperatura puede ser el culpable, haciendo que el hielo más frío y denso se funda mientras que el hielo más caliente y menos denso se hunde.

 

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